Siete Miedos que Debes Superar al Emprender

Un negocio exitoso, que muestre ganancias, beneficios, virtudes y buenos resultados, seguramente ha sido producto de una idea primaria surgida después de ser concebida, madurada, pensada y repensada más de mil veces en la cabeza de su dueño.
A la hora de emprender aparecen muchos temores e inseguridades que van de la mano de las oportunidades que existen para desarrollar una idea, y que son parte del mismo cuadro crítico que ofrece la realidad. Muchos economistas coinciden en que en tiempos de crisis es cuando surgen grandes ideas, producto de la necesidad de superar la escasez económica, del empeño en tener dinero para la satisfacción personal y familiar, y de la insistencia en demostrar y demostrarse la capacidad de competir y ganar, al menos en el mercado.
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A continuación presentamos los siete miedos que debes superar a la hora de emprender un negocio:
1. Miedo a salir de tu zona de comodidad: Si piensas que un trabajo de 8:00 a 5:00 con un sueldo medio es suficiente para mantenerte y mantener a tu familia, olvídate de plano de poner a prueba cualquier idea de emprendimiento; pero si consideras que mereces más en términos económicos, debes renunciar a tus hábitos de salir de la cama, ir al trabajo, cumplir tus funciones y volver a casa, y cambiarlo y prepararte para tener una vida vertiginosa en cuanto al riesgo de trabajar 24 horas 7 días a la semana, pues se trata de tu idea, de tu negocio y de tus ganancias.
2. Miedo al fracaso: Que tu idea no ofrezca frutos abundantes ni inmediatos no significa que hayas fracasado, alguna ganancia habrás obtenido en cuanto a experiencia; deberás revisar y repasar muchas veces dónde estuvieron las fallas y volver a empezar, lo cual te pondrá en un nivel de madurez en el negocio. Nadie ha dicho que emprender sea como pelar mandarinas, se trata del negocio con el que te mantendrás, por lo que debe ser sólido y haber superado muchos tropiezos para ponderarlo con un valor que represente no solo tu sostén, sino el sueño cumplido.
3. Miedo al riesgo económico: Es posible que al momento de sacar la idea de tu cabeza y ponerla en el mercado como un medio de producción, requiera de la inversión de todos los ahorros de tu vida, lo cual siempre dará un poco de miedo y despertará inseguridades, sin embargo, es necesario tomar el riesgo y considerar que en caso de ser exitoso, tu negocio será tu carta de presentación en lo adelante, tu único bien y el medio con el que te sostendrás tú y tu familia.
4. Miedo a asociarse: Si tus ahorros son pocos o nada, debes pensar seriamente en estas opciones: arriesgarte a pedir un préstamo bancario, que podría ser asumido sobre la base del compromiso de las ganancias inmediatas de tu negocio, o buscar un socio financiero con el cual debes establecer una serie de derechos y obligaciones que te pueden generar nuevos miedos, pero más vale hacerse de una buena relación que los beneficie a ambos, que ver pasar al tren del emprendimiento por no perder el miedo a establecer relaciones y compromisos que en un futuro te ofrezcan bienestar, tranquilidad y el equilibrio financiero que tanto buscas.
Lo importante sería definir los niveles, alcances y responsabilidades legales de cada uno de quienes conforman la sociedad que se establezca, en el caso de que ésta sea la opción que escojas. Para estos casos también está la figura del inversor ángel (business angel o BA), quien provee capital a cambio de participación accionaria, y que hasta puede aportar conocimientos empresariales o profesionales.
5. Miedo a los trámites y papeleos: El desarrollo de una idea y la puesta en operatividad de un negocio requieren de una serie de exigencias para su respectiva incorporación en el mercado, las cuales van desde las más básicas, como buscar un local o un buen alojamiento en el cyber espacio, hasta todos los permisos que correspondan dependiendo de la naturaleza del negocio: permisos y registros mercantiles, sanitarios, bomberiles, gubernamentales o trámites burocráticos de cualquier tipo. Lo que no significa que no vayas a superar estas pruebas, solo tienes que armarte de paciencia y poner en práctica lo que seguramente has visto en la forma como surgieron otras empresas pequeñas, medianas o grandes.
6. Miedo a adaptarse a los cambios: Si las inseguridades vienen dadas por el entorno, ya sea por las fluctuaciones económicas, los cambios inflacionarios, incluso por los riesgos jurídicos, sería conveniente invertir parte del capital buscando el apoyo de organizaciones que asesoren en materia de capital de riesgo, en el conocimiento puntual sobre cualquier tema que te inquiete, que fortalezca la idea en cuanto a marketing y comercialización del producto, o incluso que la ayuda sea a través de talleres tecnológicos, en caso de que se trate del desarrollo de un prototipo, y así tendrás mayor confianza e irás con buen pie con tu idea de negocio. Para estos aspectos también están los organismos incubadoras de empresas o lo que en otros países se conoce como parques tecnológicos, donde las asesorías van desde las legales, hasta la manera cómo plasmar en papel la idea, el registro de patentes, estudios de mercado, estrategias de competencia, capital de riesgo, y ofrecen hasta espacios .
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7. Miedo a no ver resultados inmediatos: Ninguna idea de negocio, incluyendo el capital invertido, muestra resultados rápidos y abundantes. Las ideas que hoy en día son exitosas, tuvieron su tiempo de maduración y se llevaron su lapso de recuperación de la inversión, y no por eso sus dueños tiraron la toalla; al contrario, el tiempo es un buen aliado para afianzar una idea, para que tome forma, se adapte al mercado, experimente cambios y luzca apropiada para el momento. Es posible que una idea que haya nacido con timidez, se alce en el mercado con una fortaleza cuyos resultados nada tengan que ver con su punto de partida. Emprender es una carrera de largo aliento, que requiere paciencia, dedicación, trabajo, renuncia, adaptación, pero que a largo plazo representa estabilidad, solvencia económica y liquidez económica propia y del grupo familiar.